Según algunas enfermas, la chaqueta es de la adúltera. Claro, ¿por qué no? Ellos se demuestran su "amor" con la ropa. No pasan tiempo juntos y la otra se folla a un hombre casado pero oye, la ropa demuestra que se aman. Bueno, que saquen la foto en la que la adúltera lleve esa misma chaqueta. Y digo la MISMA, no una igual. Una pena que esa foto no exista, ¿cierto?
La otra parte del rebaño dice que la chaqueta es un regalo de la adúltera. ¿Otra vez con eso? ¿Es que no saben inventarse nada nuevo? Ellas van de que lo saben todo. Venga, que expliquen cómo se supone que saben que es un regalo de la adúltera.
Realmente las compadezco mucho. El que Rob esté en Londres y haga un mes que no les dan circo, las tienen desesperaditas. Como no hay show, toca inventar la chorrada de turno. Si la estupidez de estas anormales fuese oro, me habría forrado con todas sus chorradas.
¿Por qué no ven lo patéticas que son? ¿Por qué no ven que son unas payasas? La falta de circo las tiene más desquiciadas de lo normal y siempre tiran de la excusa de la ropa. Dan tanta pena que su manera de "demostrar" que son pareja, es inventándose ropa y regalos.
Cogen las cosas y las deforman hasta convertirlas en lo que a ellas les conviene. De unas simples fotos en un aeropuerto, lo cambian a una prueba de una relación que no existe. Lo contaminan todo. Lo manipulan todo. La realidad nunca es de su agrado.
Para ellas, los montajes para vender películas no existen. Para ellas, las marcas no ceden ropa para que los famosos las vendan. Para ellas los publicistas no trabajan nunca. Son tan ignorantes que me dan risa.
Que sigan con el cuento de que la chaqueta es de la adúltera que mientras tanto me sigo descjonando a costa de todas ellas. Lo que les pasa es que tienen mono de circo. Como los tortolitos no les dan lo que ellas necesitan, toca inventarlo. Otra Navidad cada uno en un contienente y ya van 4 desde que empezó la saga. Mono, eso es lo que sufren.
Y mientras ellas necesitan inventarse regalos, ropa, coches, casas e historias, seguimos teniendo 50 fotos de la adúltera magreándose con Rupert. Sin amigos, sin publicistas y en plena calle. Cómo me enacanta verlas reventadas porque los Rob-Sten nunca les han dado algo ni remotamente parecido.
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