Mirad a la preciosa Charlize y mirad las pintas de la Kikis. ¿Que necesita más oportunidades de los estilistas? Lo que esta necesita son espejos en su casa y un curso intensivo de buen gusto. Siempre desentonando... Y para no variar, es las que menos habla. Hasta Sam Claflin que es el menos en esta película, tiene más protagonismo que la Kikis.
Entre los tres, se la comen. Charlize es impresionante y Chris empieza a despuntar en Hollywood. De Sam no he visto nada pero destaca más que la paria. Es que causa gracia el verla. Por cierto, ¿cuesta tanto comprarse ropa interior? Siempre lleva el mismo sujetador negro. Ella pensará que para lo nada que tiene, con uno le basta. ¿Lo lavará?
Y si hablamos de las poses, la chepa le puede. Charlize cuadra sus hombros y se pone recta. La otra, pone sus manos detrás y los hombros para adelante, a lo macho montés. Aunque parezca imposible, es una mujer y debería comportarse como tal. Al curso intensivo de buen gusto, debería sumarle uno de dicción y otro que le quite los tics de los saltitos y la barbilla para arriba. Si ya de por sí la tiene prominente, con ese gesto se la sube a los ojos.
Una joyita de muchacha. Lo peor que le ha podido pasar, es trabajar con Charlize. Le hace tanta sombra, que nadie se acuerda de ella. Debería aplicarse e imitarla.
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